La economía de Estados Unidos y de muchos países del mundo se mantienen en una crisis por la incertidumbre que permanece por la pandemia del COVID-19.

A pesar de que un reporte publicado hoy por el Negociado de Análisis Económico (Bureau of Economy Analysis, BEA en inglés) del gobierno federal reveló que el producto interno bruto (PIB) del país aumentó 33.1 por ciento en el tercer cuatrimestre de este año, solo responde momentáneamente a la reapertura en medio de la emergencia sanitaria.

Al cerrar el segundo cuarto del año, el PIB cayó 31.4 por ciento, y aunque pudieran parecer alentadores los nuevos números, muchos estados han comenzado a cerrar nuevamente restaurantes y negocios, así como a limitar actividades de los ciudadanos.

Los nuevos cierres por el alza en casos de coronavirus, que han superado los números más altos que Estados Unidos tuvo en el julio (poco más de 73,500 en un día) han causado preocupación en los mercados bursátiles y los negocios. Tan reciente como ayer, miércoles, el país registró 81,457 casos.

Los mercados de valores también han caído en pérdidas y aunque han tratado de recuperarse, la carencia de un nuevo paquete de estímulo gubernamental federal, el aumento en desempleo, las clausuras de negocios, entre otros motivos, no se lo han permitido.

Eso afecta no solo las acciones de las empresas, sino también los planes de retiro de algunas personas y sus inversiones en diversos sectores.

El ingreso personal disminuyó 2.7% en agosto, segun el BEA. La tasa de desempleo del país se mantiene en alrededor de ocho por ciento, liderada por Hawaii con 15.1 según estimados actualizados el 20 de octubre, Nevada, con 12.6 y California, Rhode Island e Illinois con entre 10 y 11 por ciento.