9-11 & La guerra de la Salud
En días recientes mientras conversaba con algunos amigos este pasado viernes sobre el significado del 11 de septiembre y al marcarse su 20 aniversario todos nos acordamos de que hacíamos este terrible acto terrorista ocurrió.
En mi caso muy particular en esa época mientras trabajaba en un banco local a mí me correspondía estar ese martes en una reunión en las oficinas del Banco Gubernamental de Fomento en New York. De no ser por una manga terrible que causó que cambiara mis planes de viaje hubiese estado allí junto a un amplio contingente de figuras de la Banca y del Gobierno de Puerto Rico. Recuerdo que ese martes como cualquier otro día encendí la televisión. para ver CNN, como estaba enfermo prendí el televisor justo antes de mi esposa irse a trabajar, serían a las 7:00am.
En ese entonces, había un programa que se llamaba “Early Edition” que no me perdía en las mañanas y como ese día estaba enformo, estaba entre dormido y despierto, cuando rompen para anunciar que un avión había chocaco con el World Trade Center, al principio se pensó que er a un avión privado en problemas. No fue hasta algunos minutos más tarde, ya con las imágenes vivas desde el World Trade Center, que se pudo ver la magnitud del ataque, al igual que miles de personas, observé con gran angustia cuando un segundo avión chocó contra la segunda torre del World Trade Center.
Ese martes por la mañana, 19 terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales de Estados Unidos, todos con destino a la Costa Oeste y los estrellaron intencionadamente. De esos 4 aviones, dos aviones el Vuelo 11 de American Airlines y el Vuelo 175 de United Airlines salieron de Boston Logan. El primero en impactar el World Trade Center fue el Vuelo 11 que impactó la Torre Norte a las 8:46 am y luego a las 9:03 am el Vuelo 175 impactó la Torre Sur.
En menos de 90 minutos cambió. Ese día murioron casi 3,000 personas y Estados Unidos se vió pronto inmerso en lo que se convertiría en la guerra más larga de su historia.
Los suceso del 11 de septiembre no sólo modificaron a respuesta global al terrorismo, sino, alteró para siempre las políticas de inmigración de Estados Unidos, la forma que viajamos, usamos los areopuertos, creó TSA, en fin, cambios que luego de 20 años siguen con nosotros.
Liego de una guerra de 20 largos años, debemos reconocer que Estados Unidos salió de Afganistán derrotado. Comencé a pensar en por qué Estados Unidos, la nación más poderosa, tanto militar como económicamente, perdió otra guerra mas; al pensar más el tema, me percato que los Estados Unidos ha perdido princopalmente estas intervenciones en el extranjero desde la guerra de Vietnam. Nadie puede negar que los atentados del 9-11 necesitaban una respuesta contundente por parte de Estados Unidos hacia nuestrso adversarios y hacerles rendir cuentas.
Sin embargo, cuando el plazo para la retirada de Estados Unidos se acaba rápidamente, los talibanes empezaron a tomar ciudad por ciudad hasta obligar al presidente de Afganistán a escapar, y los talibanes tomaron el control, provocando el peor final posible para una guerra imposible.
Pero quiero volver al génesis que como se crea la actitud de que Estados Unidos es el policía del mundo y nos remontamos a la Presidencia de John F. Kennedy, que durante su discurso de investidura presidencial, dijo: “Que toda nación sepa, nos desee bien o mal, que pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga, afrontaremos cualquier dificultad, apoyaremos a cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, para asegurar la supervivencia y el éxito de la libertad.”
El presidente Kennedy y todos los presidentes que le siguieron pensaron que los Estados Unidos y nuestra gran nación americana podía emprender cualquier lucha con cualquier parte del mundo.
Si la guerra de Afganistán nos enseñó algo, es el hecho de que estos guerreros fundamentalistas religiosos tienen cientos de iteraciones o facciones, y no hay una visión clara de quién es realmente el enemigo.
Del mismo modo, Estados Unidos ha estado luchando de que estos guerreros fundamentalistas religiosos tienen cientos de iteraciones o facciones, y no hay una visión clara de quién es realmente el enemigo.
Del mismo modo, Estados Unidos ha estado luchando en otra guerra, la guerra para erradicar la pandemia del COVID-19. Desde el 11 de marzo de 2020, cuando la COVID-19 fue declarado oficialmente como una pandemia, el presidente Trump hizo todo lo posible inicialmente para desestimar la pandemia, y luego, cuando las cosas empeoraron, tomó medidas a medias, aunque hay que darle entero crédito por la creación y aprobación de emergencia de las tres vacunas del COVID-19. Hasta ayer, 11 de septiembre de 2021, Estados Unidos tiene 659,691 muertos por COVID-19.
Si Estados Unidos hubiera tomado medidas decisivas y agresivas, ¿cuántas muertes de Covid-19 podrían haberse evitado? Esta pregunta no es en absoluto hipotética.
Hay que tener en cuenta que hay 178,328,389 millones de ciudadanos totalmente vacunados en los Estados Unidos, lo que representa sólo el 54.30% de la población. En la actualidad, a Estados Unidos le falta un 15.70% para alcanzar el objetivo del presidente Biden de vacunar al 70% de la población estadounidense, establecido para alcanzar los ya irrelevantes objetivos de inmunidad de rebaño.
A medida que la pandemia avanzaba, el COVID-19 y los esfuerzos de vacunación se convirtieron en una cuestión no basada en la realidad científica; se convirtió mas y mas en una cuestión política dividida entre líneas partidistas.
Dado que la vacunación se ha convertido en una cuestión política dividida entre demócratas y republicanos, esperamos una gran negación de los estados republicanos, como demostramos a continuación.
Permítanme mostrarles los datos de todos los estados en los primeros 11 con tasas de vacunación por encima del 60%, 9 son demócratas, uno es republicano, y sólo Puerto Rico ha superado el objetivo del presidente Biden del 70%.
Entre los 20 primeros, sólo hay un estado republicano. Si nos fijamos en los últimos 26 estados con tasas de vacunación inferiores al 50% o menos, 23 o el 89% de esos estados son republicanos y tienen las peores tasas de vacunación del país.
Todos los 26 estados controlados por los republicanos fueron inflexibles y más lentos a la hora de adoptar tanto la orden de permanecer en casa, como el mandato de llevar mascarillas.
La afiliación partidista del estado ha contribuido en gran medida a la propagación del COVID-19 mediante una serie de decisiones sanitarias inoportunas.
A menudo, exponer los hechos resulta bastante incómodo para algunos; no pueden cambiar la realidad de los hechos y las pruebas científicas, sean cuales sean sus pensamientos, opiniones o deseos.
Ahora el gobierno de Biden se ve obligado a tomar medidas sin precedentes para frenar la pandemia.
El presidente Biden planea vacunar a los no vacunados y exigir la vacunación obligatoria en las siguientes áreas:
- Requiere que todos los empleadores con más de 100 empleados se aseguren de que sus trabajadores se vacunen o se sometan a pruebas semanales.
- Requiere vacunas para todos los trabajadores federales y para millones de contratistas que hacen negocios con el gobierno federal.
- Exige la vacunación contra la COVID-19 para 17 millones de trabajadores de la salud en todos los hospitales participantes en Medicare y Medicaid, y en otros centros de atención médica.
- Exige que los grandes lugares de entretenimiento, exijan una prueba de vacunación o una prueba para entrar.
- Requiere que los empleadores proporcionen tiempo libre remunerado para vacunarse.
Los datos son Los datos y los de los números no mienten; los expertos médicos se lo dirán:
- Los no vacunados tienen 7 veces más probabilidades de dar positivo en la prueba de COVID-19.
- Los no vacunados tienen 49 veces más probabilidades de ser hospitalizados que los vacunados.
- Los no vacunados tienen 32 veces más probabilidades de morir de COVID-19.
Nos preguntamos si el presidente Biden declara que la gente tiene que respirar para seguir viviendo; ¿cuántas personas en Texas, Florida, Alabama, Idaho, o Wyoming morirán por asfixia para demostrar que está equivocado?
En conclusión, recibir cualquier vacuna contra la COVID-19 es el curso de acción correcto para disminuir el riesgo de enfermarse gravemente o incluso morir a causa de la COVID-19.
La salud y el bienestar de un pueblo es un tema que tiene que estar siempre basando en la evidencia médica y científica, siempre enfocando en preservar vidas. Lo que nunca debemos volver a ver es que la política partidista se interponga a la salud de un pueblo.