Cuando pequeños, nos preguntaban qué súper poder nos gustaría tener. He escuchado a muchos decir “poder volar”. Ahora, de adulto, pienso si aún nos gustaría tener el mismo poder o, tal vez, ha cambiado. Podemos ver el sueño de volar con tener una perspectiva distinta del mundo; una visión panorámica y una sensación de libertad. Eso suena como un gran súper poder.

Tal vez, no tengamos alas; sin embargo, hemos aprendido a volar aviones, paracaídas, planeadores y muchos otros trucos. Por otra parte, volamos cuando nos lanzamos a nuevas aventuras, estudiamos, emprendemos, amamos, perdonamos, viajamos y vivimos a plenitud. Esta sensación de libertad que pueden sentir las aves, podemos sentirlas nosotros cuando nos movemos a tomar decisiones que nos empoderan.
 
En mis años como consultor organizacional, he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar y trabajar con una gran cantidad de personas. Es una de las grandes oportunidades que me ofrece mi profesión, conocer muchas historias de transformación, organizaciones con proyectos hermosos, grandes líderes y oportunidades. También, he conocido el dolor de muchos, los deseos de crecer dentro de la organización, las ganas de emprender, el acoso laboral, la falta de liderazgo y el burnout.
 
Las organizaciones tienen un gran poder y pueden ser fuente para que sus empleados puedan aprender a volar. Si enseñamos a nuestros empleados a crecer y cuidamos de ellos, ellos cuidarán de nuestras organizaciones y de nuestros clientes. Además, podrán vivir y creer en las metas de la organización. Por otra parte, si nosotros, como empleados, vemos que también tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro futuro y así volar, podremos crecer dentro o fuera de la organización.
 
La vida es un vuelo de pájaro. Este efímero momento que tenemos, es tan maravilloso que puede valer mil vidas. Aprovecha cada momento al máximo. Vive, ríe y sueña. Cuida de tu equipo y de tus compañeros de trabajo. Cuida de tu cuerpo, tu mente y de tus relaciones. Lánzate a nuevas aventuras donde puedas experimentar que ni un pájaro tiene tanta libertad como tú.