Arabia Saudita está desarrollando una campaña única para convertirse en una potencia mundial de inteligencia artificial (IA), atrayendo a ejecutivos de tecnología y firmas globales con inversiones multimillonarias y proyectos de infraestructuras futuristas.

El mes pasado, durante una conferencia masiva en el desierto, más de 200,000 personas se reunieron para presenciar grandes anuncios. Entre los destacados, Adam Selipsky, director ejecutivo de la división de computación en la nube de Amazon, reveló una inversión masiva de $5.3 billones en Arabia Saudita para centros de datos y tecnología de IA. Arvind Krishna, CEO de IBM, expresó su compromiso con una “amistad de por vida” con el reino. Ejecutivos de empresas como Huawei también se unieron al evento, donde se concretaron acuerdos por más de $10 billones, según la agencia de prensa estatal de Arabia Saudita.

El impulso de Arabia Saudita hacia la IA se basa en un esfuerzo generacional conocido como “Visión 2030”, lanzado en 2016 por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Este plan busca diversificar la economía del país, tradicionalmente dependiente del petróleo, y construir industrias tecnológicas, turísticas y culturales. El reino ha creado un fondo de $100 billones para invertir en IA y otras tecnologías, y está en conversaciones para agregar $40 billones más con inversores internacionales.

La estrategia saudita busca convertir al reino en un polo de atracción para la IA, compitiendo con potencias como China y Estados Unidos. Sin embargo, su alianza con autoridades chinas y la opacidad de su gobierno plantean preocupaciones en Washington sobre la transferencia de tecnología sensible. A pesar de esto, Arabia Saudita sigue atrayendo inversiones y asociaciones clave, desafiando las dinámicas geopolíticas tradicionales en el mundo de la tecnología.

Fuente: The New York Times