Los precios hospitalarios están en alza, ejerciendo presión sobre los pacientes y dificultando los esfuerzos para reducir la inflación general. En abril, los precios de la atención médica aumentaron un 2.7% en comparación con el año anterior, informó el Departamento de Trabajo. Sin embargo, los precios de los servicios hospitalarios específicamente aumentaron un significativo 7.7%.

Históricamente, los precios de la atención médica han superado a los de otros bienes y servicios de consumo. Desde 2020, los precios de la atención médica han aumentado un 119.2%, frente a un aumento del 85% para todos los bienes y servicios, según el Peterson-KFF Health System Tracker.

La variabilidad en los aumentos de precios depende del servicio ofrecido y de si se trata del precio de lista, el precio negociado con terceros pagadores o el precio en efectivo. Por ejemplo, una radiografía de tórax vio un aumento del 5.7% en su precio de lista en el primer trimestre, mientras que el precio en efectivo subió un 7.1%.

Durante la pandemia de COVID-19, la industria de la salud logró evitar en gran medida la inflación ya que muchos pacientes pospusieron cirugías voluntarias, creando una demanda acumulada de ciertos procedimientos una vez levantadas las restricciones. Además, los hospitales están trasladando algunos costos a los pacientes debido a reembolsos insuficientes de los aseguradores.

La directora financiera de UC Davis Medical Center, Dr. David Lubarsky, señaló que los avances en la medicina se atribuyen también al aumento de costos.

Un posible factor de alivio podría ser el cambio en la mezcla de pagadores, ya que más personas están obteniendo seguro a través de sus empleos postpandemia, mientras que la cobertura de Medicaid ha disminuido. Sin embargo, recientes investigaciones indican un aumento en las denegaciones de reclamaciones, lo que podría complicar aún más la situación para los pacientes y los proveedores de atención médica.

La Asociación Americana de Hospitales atribuye los precios más altos a los crecientes costos de personal, suministros, medicamentos y equipos, así como a los reembolsos inadecuados de Medicare y Medicaid.

Fuente: Modern Healthcare