El gobierno federal de Estados Unidos está considerando remover la marihuana de la categoría más peligrosa de drogas, lo que potencialmente abriría más oportunidades para tratamientos clínicos e investigaciones. Actualmente, la marihuana está clasificada como una droga de Clase I, junto con sustancias como la heroína y el éxtasis, lo que impone restricciones significativas a la investigación y el acceso debido a su supuesto alto riesgo y la falta de un uso médico aceptado.

Sin embargo, el Departamento de Justicia está recomendando reclasificar la marihuana como una droga de Clase III, lo que permitiría una regulación menos restrictiva y facilitaría el acceso para investigaciones más amplias sobre sus aplicaciones clínicas. Esto podría allanar el camino para una mayor investigación sobre el potencial terapéutico de la marihuana en condiciones como el trastorno de estrés postraumático y la depresión.

A pesar de estos avances potenciales, persisten preguntas importantes sobre cómo se utilizará la marihuana en entornos clínicos, quién pagará por los tratamientos y cómo se verán afectadas las políticas de reembolso. Aunque se espera que el número de personas que usan marihuana con fines médicos aumente si se reclasifica, todavía no está claro cómo se implementarán los tratamientos en la práctica clínica y si los proveedores de seguros de salud, incluidos Medicare y Medicaid, cubrirán los costos asociados.

“La adopción generalizada de tratamientos basados en la marihuana en entornos clínicos probablemente sería un proceso gradual que depende de la acumulación de evidencia, decisiones regulatorias y cambios en las percepciones profesionales y públicas”, dijo Tony Yang, profesor de política de salud en la Universidad George Washington.

Esta posible reclasificación también podría tener un impacto significativo en la investigación en salud. Al eliminar algunas de las barreras regulatorias actuales, los investigadores tendrían más facilidades para estudiar la droga y evaluar su eficacia en diversas condiciones médicas. Esto podría conducir a una mayor comprensión de los beneficios terapéuticos de la marihuana y, eventualmente, a su reconocimiento como una opción legítima de tratamiento a nivel nacional.

Fuente: Modern Healthcare