El Congreso estadounidense aprobó, temprano el martes, un nuevo paquete de estímulo económico por COVID-19 y el presupuesto federal hasta septiembre, luego de meses de negociaciones y tranques entre demócratas y republicanos.

Con la movida legislativa queda descartado un cierre temporal gubernamental y se comienzan a realizar las gestiones para la distribución de fondos tan pronto el presidente Donald J. Trump firme las medidas.

Algunos legisladores calificaron las medidas como “un paso en la dirección correcta” aunque insuficiente y afirmaron que “hay mucho por hacer”. De hecho, se ha especulado que cuando el presidente electo Joe Biden asuma el poder se estaría trabajando con un paquete de estímulo adicional y más abarcador.

El paquete de estímulo económico ronda los 900,000 millones de dólares con fondos para ofrecer 300 dólares de desempleo adicional cada semana, ayudas a negocios, pagos directos a ciudadanos de 600 dólares por persona con ingresos menores a 75,000 dólares anuales, 1,200 dólares por pareja y 600 dólares por niño.

También incluye fondos para asistencia alimentaria y para pago de renta para aquellos con al menos una persona desempleada en la familia, entre otra ayudas. Desde las 9:00 de la mañana comenzaron las sesiones legislativas con expresiones partidistas y aprobaciones de otros proyectos, y no fue hasta pasadas 15 horas que votaron por el paquete de estímulo y el presupuesto, medidas que contienen más de 5,500 páginas.

El portavoz demócrata Chuck Schumer, adelantó que “cuando regresemos en enero vamos a trabajar para llenar los vacíos que deja esta ley”. Entre otras cosas, no se incluyó la ley de rescate para restaurantes que han sido muy afectados por la pandemia.

Entre el presupuesto y el paquete de estímulo económico suman 2,300,000,000,000 de dólares, o 2,300 billones de dólares. El presupuesto federal debe cubrir hasta el 30 de septiembre de 2021.

Se espera que el presidente Donald J. Trump convierta los proyectos en ley hoy mismo.