Dignidad o Economía: La Estadidad o las Corporaciones Foráneas
El rechazo del presidente Donald Trump a la estadidad para Puerto Rico y sus recientes expresiones demuestran su evidente preferencia al estatus territorial. Varios medios a nivel local y nacional han reseñado el interés de Casa Blanca a que industrias estadounidenses se relocalicen a Puerto Rico. El famoso slogan que ha utilizado el propio presidente Trump así lo confirman: “China despedido, Puerto Rico contratado”. La pretensión de Washington es ofrecerle unas ventajas contributivas que ofrece nuestro estatus territorial, ventajas que -para estas corporaciones- hacen a Puerto Rico más atractivo que a los 50 Estados.
De concretarse la llegada de nuevas corporaciones foráneas sería otro obstáculo para el movimiento estadista puertorriqueño. El poder económico de estos círculos elitistas tiene la capacidad de influenciar en el Congreso por encima del voto del pueblo. Lamentablemente así funciona nuestro sistema político y a través de cabilderos bloquearán cualquier intento de convertir a Puerto Rico en estado de la nación norteamericana. Toda corporación foránea que reciba incentivos gracias a nuestra condición territorial utilizará sus recursos para evitar que Puerto Rico se convierta en Estado. Es poco probable que una corporación foránea quiera rechazar sus ventajas económicas a cambio de la igualdad de los puertorriqueños.
Es predecible que en un futuro cercano inicie una propaganda bajo la promesa de decenas de miles de empleos. La propaganda alegará que la llegada de las corporaciones foráneas servirá de estímulo económico y resolverá muchos de nuestros problemas. ¿Pero quién garantiza que estas estas empresas van a crear empleos bien remunerados y no empleos chatarras? ¿Quién garantiza que estas corporaciones no se irán como se fueron las 936? ¿Quién se beneficia? Ciertamente el pueblo no es quién se beneficia.
Todo apunta a que el presidente Donald Trump tiene su agenda junto a los grandes intereses y como hombre de negocios -que por décadas ha puesto su ojo en Puerto Rico- apuesta al territorio. El hecho que el presidente Trump nombró a Justin Peterson como miembro de la Junta de Supervisión Fiscal, es una movida que más allá de favorecer a los bonistas, busca perpetuar el estatus territorial. Justin Peterson responde a los mismos intereses que no quieren la estadidad para Puerto Rico, así lo han reseñado varios medios locales.
El dilema entre la igualdad o la economía es una trinchera que lleva décadas y ha sido la herramienta de unos pocos en socavar la Estadidad. No se puede perder el norte, que el movimiento estadista ostenta la igualdad de condiciones con los Estados de la Unión Federal. La dignidad de nuestro pueblo es innegociable y no se vende. Más de 120 años en desigualdad no se cambian por la promesa de corporaciones que igualmente pueden llegar con la estadidad. La igualdad tiene más valor que prolongar nuestra condición territorial donde un Congreso toma decisiones por Puerto Rico y en la actualidad, la única opción que tenemos los puertorriqueños es aceptarlas. La estadidad es igualdad, es dignidad, valores contrarios a lo que ofrecen las corporaciones foráneas bajo nuestro estatus actual.