La startup estadounidense de vehículos eléctricos, Fisker, anunció que presentó una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11, tras enfrentar severos desafíos financieros y una creciente competencia en el mercado. La compañía ya había advertido sobre su precaria situación en febrero, cuando reveló que podía carecer de fondos para sobrevivir otro año y estaba en conversaciones con un inversor existente para obtener más capital.

Un portavoz de Fisker señaló que, al igual que otras empresas en la industria de vehículos eléctricos, Fisker ha enfrentado diversas dificultades macroeconómicas y del mercado que han afectado su capacidad para operar eficientemente.

El único producto de Fisker, el SUV eléctrico Fisker Ocean, ha tenido una producción problemática. De los aproximadamente 10,000 vehículos fabricados el año pasado, solo la mitad se ha entregado a los clientes. Además, el Ocean recibió una crítica muy negativa del influyente YouTuber Marques Brownlee, lo que afectó significativamente la percepción pública y el valor de las acciones de la empresa.

El fundador y CEO de la compañía, Henrik Fisker, admitió en una entrevista reciente que el Ocean presentaba problemas de calidad debido a software de diferentes proveedores que funcionaban mal juntos, pero afirmó que estos problemas están siendo solucionados mediante actualizaciones.

Además de sus propios problemas internos, Fisker ha tenido que competir con gigantes establecidos como Tesla, Hyundai, Kia, Ford, General Motors y la china BYD, que han lanzado SUVs eléctricos comparables sin los riesgos asociados a una startup desconocida.

La bancarrota de Fisker subraya los desafíos más amplios que enfrenta la industria de vehículos eléctricos, que aunque sigue creciendo, lo hace a un ritmo más lento. Según la Agencia Internacional de Energía, se espera que las ventas mundiales de vehículos eléctricos aumenten un 21% este año, en comparación con el 35% del año anterior.

La empresa está en “discusiones avanzadas con partes interesadas financieras” sobre la venta de sus activos y había estado en negociaciones con un importante fabricante de automóviles establecido, aunque esas conversaciones no llegaron a un acuerdo.

Fisker espera reorganizar sus operaciones bajo el Capítulo 11, con la esperanza de resolver sus problemas financieros y continuar en el mercado de vehículos eléctricos.

Fuente: CNN