Por el momento, hay cinco personas condenadas a muerte. Esta semana, un tribunal de Irán dictó la primera sentencia a muerte por participar en las recientes protestas del país. 

Las manifestaciones comenzaron hace aproximadamente dos meses tras la muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años que fue detenida por la Policía por no respetar el código de vestimenta infringiendo las normas de hiyab. 

Otro juzgado condenó a 5 personas a penas de entre 5 y 10 años de cárcel por delitos contra la seguridad nacional y el orden público durante la protesta. 

El caso de Mahsa Amini provocó tal indignación que 140 ciudades y pueblos se encuentran protestando. Convirtiéndose así, en el desafío más importante a la República Islámica en más de una década.

Al menos 326 manifestantes, entre ellos 43 niños y 25 mujeres han muerto en una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad, según calcula Iran Human Rights.

Gholamhossein Mohseni Ejei, jefe del Poder Judicial, sostuvo que los principales responsables debían ser identificados y condenados a penas que tuvieran efectos disuasorios para los demás. Advirtió que los “alborotadores” podrían ser acusados de “moharebeh” (enemistad con Dios), “efsad fil-arz” (corrupción en la Tierra) y “baghy” (rebelión armada), y todos pueden ser castigados con la pena de muerte en el sistema jurídico iraní.