Puerto Rico viene cargando desde hace 15 años con una recesión económica devastadora, la cual ha obligado a muchos boricuas mudarse a Estados Unidos (EE.UU.). Pero aún hoy día, se sigue hablando de la fuga de cerebros boricuas. Las dos mayores causas han sido la corrupción del gobierno local y el trato desigual de más de 100 años por parte de EE.UU. .      

Me quiero enfocar en la migración de educadores a EE.UU y la falta de acción por parte del Departamento de Educación de Puerto Rico (DE). Todos los años muchos distritos escolares de EE.UU. vienen a reclutar maestros a la Isla. Obviamente, estos distritos pueden ofrecer mejores salarios y beneficios a nuestros educadores, junto con el ofrecimiento de los cursos necesarios para obtener la certificación y el “coaching” para tomar la reválida con el fin de obtener la certificación de maestro. Inclusive, muchos estados ofrecen reciprocidad a maestros con experiencia y licencia permanente. Esto significa que en muchos casos los maestros boricuas pueden obtener una certificación provisional o permanente para ejercer en ese estado. Muchos de estos distritos son urbanos, donde le sirven a una gran cantidad de estudiantes de color y por esta razón vienen a Puerto Rico a reclutar maestros.  

¿Qué puede hacer el DE para mantener sus educadores y para tratar de atraer a los educadores que migraron?

Lo primero que el departamento deber hacer, es crear una nueva cultura organizacional donde se respire un ambiente profesional, donde se promueva el respeto, el civismo y se valore la innovación. Este cambio en la cultura del magisterio, puede ser la primera estrategia para mantener y atraer de nuevo a nuestros educadores.  

Para crear esta nueva cultura el DE tiene que crear un currículo atemperado y alineado a las corrientes del siglo 21 y que incluya desarrollo profesional que impacte las prácticas pedagógicas de los maestros y por ende aumente el aprovechamiento académico de los estudiantes, junto con el fortalecimiento de los programas vocacionales en todos los 78 municipios a través de alianzas con agencias del gobierno y empresas privadas. Además, hay que hacerles justicia a los maestros con un aumento de salario y ofreciendo incentivos basados en el grado académico alcanzado y años de experiencia. Sería de suma importancia que se pueda crear un sistema de contratación justo basado en las necesidades de las escuelas para crear plazas permanentes y reducir plazas transitorias y por contrato. Definitivamente, se tiene que rehabilitar, remodelar y preparar las escuelas para enfrentar el siglo 21.   

Lo segundo es revisar los requisitos para obtener la certificación de maestro para personas que viven fuera de Puerto Rico. El DE debe aumentar su listado de reciprocidad con muchos más estados para atraer a los maestros que se fueron de la Isla. Estoy seguro que estas estrategias van a impactar positivamente en el aprovechamiento académico de nuestros estudiantes, ya que pueden atraer maestros y estudiantes de las escuelas privadas. Más importante aún, tenemos que empoderar al maestro y proveerle todas las herramientas necesarias para que pueda tener éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje.