La pandemia disparó el uso de la telemedicina
La telesalud no es un servicio nuevo, existe desde que se inventó el teléfono y el telégrafo. En la guerra civil estadounidense se utilizó el telégrafo para requerir medicinas que aliviaran el dolor de los heridos en el campo de batalla, además de comunicar las bajas. Ambos aparatos permitieron la comunicación a distancia en tiempos donde el traslado de las personas de un lugar a otro era dificultoso o imposible y donde médicos, proveedores y hospitales necesitaban intercambiar información, para la atención de los pacientes sin importar la distancia.
La Radiología, se considera la primera especialidad médica de trascendencia en el uso de la telemedicina. Pero con la llegada de internet, es cuando la telemedicina alcanzó su máxima expresión. La educación del paciente, transmisión de imágenes médicas, consultas interactivas en tiempo real, son solo algunos ejemplos de los avances que proporcionó esta modalidad en constante crecimiento.
La pandemia, debido al COVID-19, realmente ha puesto la tecnología en un primer plano. Con el cierre de clínicas y las oficinas de los proveedores después de que los gobiernos estatales y locales emitieron órdenes de distanciamiento físico, para ayudar a prevenir la propagación del virus, la telemedicina se convirtió en una herramienta única para la que los pacientes puedan tener acceso a los servicios de salud que necesitan.
La inclusión de la tecnología, como la telemedicina, ha sido tan importante en la industria, que hoy día, aun cuando los consultorios médicos ya están abiertos, algunos pacientes evitan las citas en persona debido a los temores de COVID-19.
Además, de dar un impulso a la telemedicina, la pandemia también ha fomentado el auge de los servicios médicos innovadores, desde la obtención de recetas por correo hasta las pruebas de virus y las vacunas basadas en farmacias. No obstante, es probable que muchos de esos enfoques innovadores disminuirán después de que los efetos de la pandemia vayan tomando control, dicen los expertos.
Según estudios realizados por expertos en el tema, el gasto en servicios de telemedicina en Estados Unidos antes de la Pandemia era de aproximadamente $3 billones. Luego de la pandemia esa cifra aumentó a $250 billones y continua en aumento. Las visitas semanales antes de la pandemia eran de 13 mil, luego de ella aumentaron a 1 millón aproximadamente.
Los beneficios que proporciona la telemedicina se han visto y han sido a favor de los pacientes. Las personas han podido recibir acceso a la atención médica que necesitan, a un riesgo limitado. No hay duda de que los pacientes que tienen miedo de visitar la oficina para ser vistos han podido llegar de manera virtual. Realmente, la telemedicina ofrece esa oportunidad de seguir ofreciendo tratamiento a los pacientes, de una manera segura.
Por otro lado, proporcionó a los médicos la oportunidad y capacidad de mantener sus prácticas operando, que, de otro modo, hubieran tenido que cerrar, si los pacientes se quedaban en sus casas.
Existe una diferencia entre telesalud y telemedicina. La telemedicina es un componente de la telesalud. Según la Academia Americana de Médicos de Familia la telemedicina, utiliza la tecnología para prestar servicios a distancia, mientras que la telesalud es la incorporación de la tecnología para proporcionar los servicios a distancia. La primera se circunscribe a la atención del paciente mediante tecnologías de comunicación e información para diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y lesiones, la segunda abarca todas las acciones de salud, que además de la telemedicina, incluyen la capacitación de los equipos de salud, estrategias sanitarias, teleeducación.
Antes de la pandemia, la telemedicina ya estaba creciendo en los Estados Unidos, especialmente en los servicios de salud mental. Pero alcanzaba sólo a una pequeña cantidad de pacientes. Las restricciones a la prestación de telemedicina fueron un obstáculo importante para el crecimiento. Por ejemplo, muchos proveedores de seguros, incluyendo Medicare, sólo reembolsaban las visitas de telemedicina en circunstancias específicas.
Sin embargo, al comienzo de la Pandemia, los pagadores liberaron las restricciones, por lo que los pacientes podrían ser atendidos en casa y eso apoyaría el distanciamiento físico y ayudaría a los pacientes a seguir recibiendo sus tratamientos. Como resultado, según expusimos antes, hemos visto el uso de telemedicina realmente dispararse.
Claro está, eso no significa que la telemedicina sustituya por completo la atención en persona. Las visitas en persona siguen siendo necesarias cada vez que un paciente necesita un procedimiento, como una biopsia, una prueba de laboratorio etc.
A nuestro juicio, lo que sucederá en última instancia con la telemedicina realmente dependerá de cómo evolucione el entorno político, como los gobiernos flexibilicen o restrinjan su uso y como los pagadores vayan incorporando permanentemente en sus cubiertas, esta manera de proveer los servicios de salud.