Investigación demuestra que los niños que juegan con más frecuencia los juegos violentos están aprendiendo patrones de pensamiento agresivos que podrían influenciar en su conducta.

El jovencito decide pasar el rato de una manera muy peculiar: asesinando, mutilando, desmembrando y hasta abusando sexualmente de una imagen que personifica a otro ser humano. Ese escenario de horrores se trata de un momento de diversión. Literal. 

Son los videojuegos violentos que hoy día terminan haciendo el papel de niñera en muchísimos hogares. Lo más peligroso parece ser, sin duda alguna, la ignorancia de los padres relacionado a estos entretenimientos tecnológicos. Porque muchos progenitores ponen teclados y controles en las manos de sus hijos para agotar el tiempo de ocio. Desconocen, sin embargo, los efectos de los juegos de video violentos en la conducta de muchos de sus usuarios. 

No es que este juguete que apasiona a tantos usuarios lleve directamente al crimen, pero puede desarrollar formas agresivas de pensamiento. 

“Los juegos de video violentos no van a transformar a un niño sano en un ‘shooter’ en la escuela”, afirma el doctor Craig Anderson, quien dirige el Centro para el Estudio de la Violenciaen Iowa State University, antes de clarificar: “Pero es un factor de riesgo que puede aumentar de manera significativa las probabilidades de agresión”.

Anderson basa su resolución en el estudio denominado “ViolentVideo Games Associated With Increased Aggression in Children”, del cual estuvo a cargo. En el mismo, publicado inicialmente en JAMA Pediatrics, se estudiaron a 3,034 niños y adolescentes desde tercero a octavo grado de escuela en Singapur durante tres años. El 75 por ciento de los participantes fueron varones y sus edades fluctuaban entre 8 y 17 años. Estos fueron preguntados acerca del tiempo que pasaron jugando así como el tipo de videojuego que preferían. 

Al final, los investigadores determinaron que aquellos niños que pasaron una gran cantidad de tiempo jugando con videojuegos violentos, como “Call of Duty” y “God of War”, eran más propensos a involucrarse en comportamientos agresivos. Los autores de la investigación han afirmado que los juegos de esta naturaleza podrían alterar su visión acerca de su entorno real y sus compañeros ya que empiezan a ver su mundo de una manera más agresiva. Los niños que juegan con más frecuencia los juegos violentos están aprendiendo patrones de pensamiento agresivos que podrían influenciar en su conducta. 

“Los vídeos agresivos “normalizan” y “glorifican” las actividades agresivas y sadistas de sus personajes. Además,  le comunican al menor que la destrucción del ser humano es una actividad normal, posible y potencialmente placentera”, ha explicado por su parte el Director del Programa de Psicología de la Escuela de Medicina de Ponce, el doctor José Pons Madera, en articulado publicado en la revista Mi Pediatra y Familia.  

Esto podría ser un indicador, guste o no, de que lo que se ve o se escucha con frecuencia puede afectar los hábitos y el comportamiento de algunas personas. Si no fuera de esa manera, entonces no tendría sentido la inversión multimillonaria que se hace en publicidad.

Si lo que se ve en Tv o se juega en una consola no tuviera tanto efecto sobre las personas, entonces habría que preguntarse las razones para que se gasten anualmente cerca de $150 billones en publicidad tan sólo en Estados Unidos. Es claro que no todo el mundo saldrá corriendo en busca de una Coca Cola o Pepsi Cola tras ver un anuncio en la tv, ni que algunos muchachos irán tras un arma a disparar a mansalva en un lugar público o privado, pero quizás en algunos se ha sembrado el germen de la violencia.

De paso, una preocupación legítima es que muchos de estos juegos de entretenimiento generan una diversión morbosalo que puede crear la falsa idea de que el crimen no tiene consecuencias negativas. 

“El modelaje que proveen estos videos propende el desarrollo de una visión agresiva y combativa de la vida. El mundo del niño adepto a estos juegos, se convierte en un mundo de luchas y guerras, donde la fuerza bruta y la astucia triunfan sobre la razón”, expone el doctor José Pons Madera en Mi Pediatra y Familia. 

En cuanto al estudio realizado con participantes de Singapur, los autores han manifestado que será necesario realizar más investigación para entender mejor los efectos de jugar a los videojuegos que glorifican la brutalidad. 

“Al menos, una razón principal por la que la conducta agresiva aumentó en los niños fue debido a que los juegos violentos parecían aumentar los pensamientos violentos de éstos”, dijo Anderson.

El también sicólogo y profesor de Iowa State University, ha aclarado que existen muchos otros factores de riesgo conocidos para la agresión, especialmente aquellos que tienen que ver con el entorno del joven, entre ellos crecer con padres agresivos o vivir en un barrio violento.

Por otra parte, ante la realidad que representa este  nicho en el mercado, en el que un 68 por ciento de los hogares estadounidenses tienen consolas de juego y más del 90 por ciento de los niños en ese país son adeptos a los juegos de videos, muchos de los cuales tienen una clasificación que refleja derramamiento de sangre e intensa violencia, así como contenido sexual explícito. Sin embargo, las ventas globales de estos juegos, de acuerdo a reportes de la propia industria, alcanzan los $76 billones y casi $21 billones en Estados Unidos,el principal mercado mundial de estos productos. 

Es tal el poder económico de la industria que no hay otra opción más allá de que las familias establezcan sus propia reglas de compra y uso en sus hogares, pues definitivamente las compañías no modificarán un producto que les beneficia tanto.  

Es por ellos que el doctor José Pons Madera recomienda la instrucción a los padres de niños mediante una campaña mediática sobre los contenidos de los diversos juegos de vídeo violentos y los efectos detrimentales de los juegos violentos, así como que tengan conocimiento de las conductas indicativas de que su hijo está desarrollando adicción a los juegos de vídeo.Además, el Psicólogo ha aconsejado que los progenitores fomenten  el uso de juegos sanos, tales como WII y aquellos juegos con base deportiva de Play Station y de otras compañías similares.

Definitivamente ahí estará la clave pues una industria que produce cifras tan astronómicas, con tantos aficionados, no estará en posición de reducir sus ingresos.

“Los juegos de vídeo saludables pueden ser instrumentos valiosos en el desarrollo de diversas facultades mentales, especialmente la coordinación mano-ojo, la memoria de trabajo y la ligereza mental”, ha declarado Pons Madera, al tiempo que advierte de sus peligros: “Los juegos de vídeo contienen a su vez diversos riesgos para la salud mental y física, y el menor que no obtiene control externo de sus padres sobre la cantidad de tiempo de juego ni del tipo de juego de vídeo que adquiere, podría quedar propenso a desarrollar adicción al juego y a aprender a canalizar, a través de los juegos, sus necesidades de crecimiento mental, social y emocional”.