Miedo a vivir
La vida está llena de circunstancias desafiantes y momentos impactantes. Cada uno de nosotros tenemos tantas experiencias diversas de vida; y, a su vez, tantas maneras distintas de enfrentarlas. Nuestra personalidad, maneras de ser, crianza, eventos de vida, relaciones y conocimientos se interponen entre nosotros y la manera en que respondemos al mundo.
Existe una palabra que está cargada de tantas energías: el miedo. La Real Academia Española define este concepto como una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Todos conocemos el miedo y podemos explicarlo de una manera sumamente distinta. Esa sensación es la que nos cohíbe o nos lanza a hacer algo.
Vemos personas que aparentan no tenerle miedo a nada; sin embargo, todos sentimos miedo por algo. En ocasiones, sentimos vergüenza de aceptarlo. ¿Cómo sentir vergüenza de algo que todos experimientamos? Esta emoción extraña no siempre es mala, realmente es natural. En unos momentos, nos permite tomar buenas decisiones y parece protegernos; pero en otros, nos limita a conocer las abundantes bendiciones de la vida.
Yo he conocido el miedo en múltiples ocasiones. Antes, esta emoción controlaba muchos aspectos de mi vida y luego comencé a entender que estaría presente. No obstante, yo soy el que toma las decisiones. Gracias a eso, me atreví a montarme en muchas montañas rusas, nadar en el mar abierto, viajar, hacer zipplines, emprender, amar y, sobre todo, a vivir.
Nunca permitas que el miedo te evite la posibilidad de vivir. No le temas a la vida misma. No digo que no habrá riesgos, tristezas y desilusiones; sin embargo, puede haber relaciones, dinero, amor y posibilidades. Es momento de hablar con tu jefe, de emprender en un proyecto, de declarar tu amor a alguien, de planificar unas vacaciones, de ir a estudiar, de cambiar de trabajo, de cantar, de bailar, de soñar… En fin, es momento de vivir.