Nos urge un plan de acción
El planeta atraviesa un escenario trágico y difícil. Aunque no es una novedad, nuestra historia nos ha demostrado, que el ser humano ha superado este tipo de pandemia en el pasado. ¿Qué mejor maestro que nuestra historia? Como dijo Cicerón: “Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla.” En parte, la historia es la experiencia de la humanidad. Hoy más que nunca, las distintas regiones políticas del mundo necesitan de experiencia y de liderazgo con planes de acción. En ello, incluimos a Puerto Rico.
Es de conocimiento general, para enero 30 de este año, la Organización Mundial de la Salud había declarado una emergencia global como resultado del COVID 19. Ese era el momento para que nuestros líderes convocaran a sus equipos, redactaran un plan concreto y evitaran que el virus llegara a nuestras costas. Por lo menos, retrasar la llegada del virus y estar preparados para su llegada. Contenerlo de forma eficiente y no prolongar el efecto nefasto a nuestra economía.
Aún cuando el COVID 19 avisó desde enero, Puerto Rico no se preparó. Para los pasados dirigentes del Departamento de Salud, el virus no llegaría a nuestras costas porque no existían vuelos directos de China a Puerto Rico. En un mundo globalizado y articulado, resulta risible este tipo de comentario. Adicional a ello, existiendo en nuestra historia el ejemplo de la peste bubónica, que se esparció por toda Europa a través de rutas comerciales, de la misma forma llegó el COVID 19 a Puerto Rico. Lamentablemente la mayoría de los líderes actuales no aprenden de nuestra historia y condenan al pueblo a repetirla. Por este tipo de mentalidad, el gobierno perdió la oportunidad de prepararse y optó por reaccionar e improvisar.
El problema de un gobierno que prefiere la reacción sobre la planificación, es precisamente la improvisación. Los gobiernos que planifican no improvisan, contrario a los gobiernos que reaccionan. De igual forma, el margen de error es más alto para los gobiernos que improvisan, comparado a los gobiernos que planifican. Por otra parte, la improvisación abre la puerta para posibles actos de corrupción, mal manejo de fondos públicos y en este caso, la perdida de vidas. Precisamente, esta planificación le toca a la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres. Lamentablemente, nuestra historia ha demostrado las insuficiencias en dicha agencia y la falta de planificación a nivel municipal y estatal. Una agencia que por costumbre reacciona y no planifica para anticipar y prevenir.
La falta de un plan, de un norte, hizo que Puerto Rico esperara a la llegada del Coronavirus para reaccionar. Hoy nos encontramos en medio de una constante improvisación, renuncias y decisiones cuestionables. Un gobierno lento frente a un rival rápido. Lo que ha provocado en el pueblo frustración, miedo e incertidumbre. Estamos tarde y las estadísticas muestran un avance en los contagios. Lamentablemente, el único plan que tiene la administración es el aislamiento y para los cuestionamientos la respuesta usual es el desconocimiento. Sabemos que el aislamiento no es suficiente, como no es suficiente lavarse las manos y usar mascarilla. El distanciamiento ayuda, pero no es todo.
En Puerto Rico urge un plan de acción. El Coronavirus se combate desde dos frentes. El individual y el colectivo. Algo que necesita mayor exposición son las estaciones de descontaminación en los hogares. Adicional a lo existente, es necesario una campaña de concienciación más efectiva sobre estas estaciones. Cada hogar debe tener una estación de descontaminación. Lo único que necesita es agua y jabón para bañarse antes de entrar a la casa. Luego depositar la ropa y zapatos en bolsas. Ya sea para decomisar o para descontaminar y volver a usar. El virus puede alojarse en su ropa, pelo, zapatos, en cualquier parte del cuerpo; puede entrar a las casas e infectar a la familia independientemente si usted se lavó las manos o no.
En cuanto al colectivo, el gobierno debe ser más inclusivo. Moverse, incluir los sectores intelectuales académicos. El pasado nos enseñó que los líderes exitosos se rodearon de los mejores talentos en su época. Estos deben ser parte de la solución. Los científicos y estudiantes de la Universidad de Puerto Rico y demás Universidades privadas, deberían formar parte del equipo que se une a combatir esta epidemia.
Un “Task Force” en el área Metro no es suficiente. Desde un principio, sugerimos crear varios “Task Force” regionales alrededor de la Isla. Esto, con el objetivo de trabajar con la monitoría, identificar portadores y pacientes recuperados a niveles regionales. En este esfuerzo, deben incluirse a nuestros alcaldes, sus equipos y como mencionamos; a nuestros científicos y estudiantes para levantar data.
La Guardia Nacional debe concentrarse en lo que mejor sabe hacer, defensa y seguridad. Muchos desconocen lo costoso que resulta para los contribuyentes activar la Guardia Nacional. Por ello, hay que utilizarle de forma eficiente y donde exista la mayor necesidad.
Ante el cierre de cuarteles, el gobierno debe remover los soldados del aeropuerto. Esa labor la puede hacer personal de salud u otra agencia. Concentrar nuestros soldados en completo apoyo a la Policía de Puerto Rico. Patrullaje y prevención, para que no colapse la seguridad del territorio.
La Guardia Nacional tiene una diversidad de unidades que pueden desplegarse alrededor de la Isla en apoyo a otros frentes. Las unidades médicas militares, pueden utilizarse como respaldo en la capacitación de locales alrededor de la Isla, para que no colapse nuestro sistema de Salud y existan camas suficientes. La Unidad “CERFP” se puede utilizar en los “Task Force” regionales para trabajar con el rastreo, levantar data, impactar los actuales centros de contagios e iniciar el aislamiento.
No existe duda que nos recuperaremos. Lo que está en juego, es cuan rápido lo lograremos y para ello necesitamos dejar la improvisación y concretar un plan de acción eficiente. Aprendamos de nuestra historia. La peste bubónica cobró la vida de millones de personas, nunca logró erradicarse por completo. Sin embargo, pudo contenerse. Debemos tener presente ese dato. Por ello, es importante movernos a rastrear, identificar y aislar. En esta emergencia, ese debería ser nuestro norte.