Persecución en Bielorrusia: régimen de Lukashenko arrestó a más de 20 opositores, entre ellos un ex candidato presidencial
Las autoridades bielorrusas han detenido a más de 20 personas en la última oleada de arrestos, continuando con su amplia represión contra la disidencia un año después de las fraudulentas elecciones presidenciales, en las que el dictador Alexander Lukashenko se proclamó ganador pese a las denuncias de irregularidades.
El centro de derechos humanos Viasna denunció este jueves que más de 20 personas han sido detenidas en los últimos dos días en seis ciudades del país. Entre ellas figura Andrey Dmitriev, ex candidato a presidente en los últimos comicios, quien fue detenido para ser interrogado tras un registro en su apartamento de Minsk. Horas más tarde fue liberado, pero se desconoce si se enfrenta a algún cargo por parte de la Justicia.
Este político, copresidente del movimiento opositor “¡Di la verdad!”, logró un 1,21% -fue el cuarto candidato más votado- en las elecciones del año pasado. Ese espacio disidente presentó candidatos en los comicios presidenciales de 2010 y 2016, ganados ambos por Lukashenko, quien permanece en el poder desde 1994 y es considerado el “último dictador” de Europa.
Ihar Lyashchenya, ex embajador de Bielorrusia en Eslovenia, también fue detenido este jueves acusado de “organizar disturbios masivos”, acusaciones que conllevan una pena de prisión de hasta ocho años. Cuando estallaron las protestas postelectorales, Lyashchenya criticó públicamente la represión de los manifestantes y fue despojado de su rango por Lukashenko.
Entre los detenidos figuran también abogados y activistas políticos y medioambientales que formaban parte de la iniciativa cívica Skhod (“Asamblea”), destinada a fomentar el diálogo nacional.
Stsiapan Latypau, un activista que se apuñaló en el cuello con un bolígrafo en la sala del tribunal en junio pasado para protestar por las represiones políticas, se enfrentó el jueves a una vista en la que los fiscales pidieron al tribunal que lo condenara a 8 años y medio por cargos de violación del orden público, resistencia a la policía y fraude.
En su intervención ante el tribunal, Latypau, que lleva en la cárcel desde septiembre del año pasado, describió cómo la policía le golpeó mientras estaba detenido y utilizó una bolsa de plástico para asfixiarle.
“Estaba llorando, luchando por respirar en la bolsa de plástico y ellos se reían. Los hombres enmascarados me golpearon con las manos, con los pies y utilizando porras, me golpearon simultáneamente y luego uno por uno. Me golpearon con los puños y las palmas de las manos sobre las orejas, y sentí como si una granada de mano explotara dentro de mi cabeza”, relató.
El Comité de Instrucción de Bielorrusia explicó que las detenciones se enmarcan en la investigación penal por disturbios masivos abierta en su momento por las autoridades.
Bielorrusia se vio sacudida por multitudinarias protestas, alimentadas por la reelección de Lukashenko para un sexto mandato tras una votación celebrada el 9 de agosto de 2020 que la oposición y gran parte de la comunidad internacional desconocieron por fraude.
El dictador respondió a las manifestaciones, la mayor de las cuales reunió hasta 200.000 personas, con una brutal represión y persecución, que dejó un saldo de más de 35.000 detenidos y miles de heridos.
A un año de los polémicos comicios, el régimen intensificó la represión en los últimos meses, deteniendo a decenas de periodistas independientes, activistas y todos aquellos que no se consideran leales. Además, todos los líderes de la oposición que apoyaron abiertamente las protestas o criticaron la reelección de Lukashenko se encuentran en prisión, a juicio o en el exilio, como es el caso de su máxima representante, Svetlana Tijanovskaya, quien se encuentra exiliada en Vilna, Lituana, desde hace un año, por la persecución del régimen.
El político más popular del país, Victor Babariko, detenido antes de que pudiera presentar su candidatura en las presidenciales, fue condenado en julio a 14 años por varios “delitos económicos”. Mientras, la pasada semana arrancó el juicio contra su colaboradora más cercana, Maria Kolésnikova, que podría ser condenada a 12 años de prisión por crear una “organización extremista”.