Una gran victoria para Puerto Rico
Por Jesús Hernández
Desde siempre hemos observado como Puerto Rico se dirige sin rumbo, como barco sin timón, hacia un futuro de tinieblas y lleno de incertidumbre. Nos ha tocado ser espectadores, peones en este gran juego de chess político, cuyo jaque se convirtió en la tan aventada frase: “El pueblo me eligió.” El pueblo puertorriqueño, durante muchos años, ha pasado a un segundo plano dentro de nuestro gobierno. Lo cual en un momento se vio como un símbolo de liderato, prestigio y alta estima, hoy en día, un aspirante a la gobernación es solo un vendedor de sueños. La silla y el puesto de la gobernación se ha tornado en una posición donde lucrarse personalmente a costillas del pueblo es algo normal. Hemos vivido por tanto tiempo, no saliendo a las calles a votar por el candidato más capaz, más instruido y moral, si no votando por el color que lo respalda, o por “el menos malo del bonche.”
Esta actitud conformista nos ha traído a la situación que hasta ayer nos hacía frente. Hemos presenciado desde las gradas actitudes y movimientos cuestionables dentro de nuestro gobierno, pero aún así, permanecíamos de brazos caídos porque “esto no va a cambiar.” Esas desganas de luchar por lo nuestro ha fomentado en la clase política el “chanchulleo” y el juego con nuestra educación, nuestra salud, nuestro dinero, etc. Sabían que auto beneficiarse era fácil porque éramos un pueblo durmiente, pasivos ante las injusticias que se cometían, sin reclamar ni querer expresar su voz ni su sentir, pues la situación en el país “nunca iba a cambiar”. Permanecíamos indignados en silencio, pues parecía ser que la voz del pueblo importaba solamente cada 4 años.
Algo despertó en el puertorriqueño, que dijo “basta ya.” Decidieron que era hora de ser escuchados, de medir sus fuerzas contra la corrupción y de unir el país por el bienestar del mismo. Tanto residentes de la isla, como puertorriqueños de la diáspora, en la madrugada del 25 de Julio del 2019, celebran su victoria más importante en décadas. ¿Porqué digo esto? Pues colectivamente, el país se levantó en protestas masivas, nunca antes vistas en esta magnitud, y le pusieron peso y valor a las consignias que se cantaban y a las palabras que gritaban. Se despertó un poder en la gente el cual era casi desconocido, se despertaron los boricuas, porque era hora de dejar de mirar desde las afueras y luchar por un mejor Borinquen. Llegó la hora de convertirse en un ciudadano activo y combatiente en contra de lo que se oponga a nuestra patria. La renuncia de Ricardo A. Roselló Nevares puede que solo sea el principio, pues el pueblo ya comprendió el poder que juntos pueden tener, comprendió que el gobierno debe trabajar para el pueblo y por el pueblo, no lo contrario. Vivimos un capítulo nuevo, un Puerto Rico alerta y consciente de sus derechos y por consiguiente, con optimismo, políticos con respeto hacia nuestra gente, teniendo en mente que el pueblo manda, y si el pueblo así lo decide, les dan la mano para bajar del poder. De manera histórica, el grito boricua, anoche fue escuchado.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir y pensar de El Foro de Puerto Rico y sus miembros.